Por Diaz Francisco
Ya es una constante la actitud engreída de Gavi durante los partidos. Sucio, mal profesional e irrespetuoso. El mediocampista del Barcelona ha pasado por todas la facetas y desde La Liga se lo premian. La afición culé interpreta sus acciones como una demostración digna de amor hacia el club y lo felicitan, al igual que los coleagiados, que hacen la vista gorda ante todos sus movimientos.
Sucedió en Almería, cuando Gavi se manoseó sus partes íntimas ante la grada rival, un gesto repudiable que no se sancionó durante el partido ni después, con las imágenes ya reveladas. Al sevillano lo miman en vez de castigarlo y sus actitudes van de mal en peor.
Ayer volvió a suceder en pleno Clásico. Sin motivo alguno, en la previa del gol de Franck Kessié, Gavi le tomó la patente a Dani Ceballos en el minuto 87 y lo fue a embestir desde atrás. Patético y vergonzoso. Pero como era de esperar, la tecnología no intervino, excepto para anular el tanto de Marco Asensio.
El mediocampista del Madrid ni siquiera tenía la posesión del balón. No existía motivo alguno de dicha agresión, pero en el Barça se lo felicitó por ‘dejar la vida’ en el terreno de juego. La roja por parte de Burgos Bengoetxea nunca llegó y Gavi se volvió a salir con la suya, que se fue vivito y coleando del Camp Nou sin siquiera una amarilla cuando Xavi lo sustituyó.
13/12/2024
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